Hoy ha tocado en mi pueblo una temperatura paticularmente alta que, acompañada de la inconveniente humedad, hace que la sensación térmica haya sido la conversación que he tenido en tiendas y encuentros con amigos por la calle. Ahora toca escanderme en el semisótano con el ventilador en funcionamiento.
La cosa no pasaría de ahí si no fuera por este artículo que muestra cómo los medios reaccionan según el lugar en que suceda algo. Y se refiere, sobre todo, a la ola de calor, no la de mi pueblo, sino a la ola "global" que, inmediatamente, el artículo hace ver la falta de perspectiva: "global" quiere decir "occidental" en la mejor de las hipótesis, siendo lo más frecuente, en los medios estadounidenses que ahí se citan, que signifique "Estados Unidos" o, en la mejor de las hipótesis, con el Reino Unido. Ya se sabe, la "special relationship". Sí, sí, algo han dicho esos medios sobre España (uff), Italia o Francia. Pero muy poco se ha dicho sobre la India o la China y, lo que se ha dicho, explican, tiene más que ver con el interés por la noticia local que por el interés del problema que se plantea.
Por supuesto, la ola de calor no afecta "tanto" a los países que están en pleno invierno, los países del hemisferio Sur. Si hay un problema derivado de un pequeño aumento adicional de las temperaturas, es boreal, no austral. De todos modos, no vendrá mal echar un vistazo al Antártico.
Total, no hay modo de sacar conclusiones planetarias si se parte de estos reportajes que el artículo recoge y compara. Se incluye la cuestión de los incendios. Y se excluye lo que se da por supuesto: el cambio climático.
No todo es "según el color del cristal con que se mira", sea éste local o ideológico. El hecho incontrovertible es que hoy toca calor aquí y que quizás ni se me ocurra caminar hasta la piscina. Estoy bien en el semisótano.